Hugo Dolmetsch, Presidente de la Corte Suprema: Discurso XXII Asamblea Anual de la Corporación Chilena de Derecho Registral

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Sr. Hugo Dolmestch Urra
Presidente de la Corte Suprema de Chile

En primer lugar, agradezco mucho la deferencia de invitarme -por segundo año consecutivo -a la inauguración de estas jornadas de estudio y reflexión sobre materias de vuestra especialidad. Es ello para mí un especial agrado, porque es muy bueno compartir unos momentos de sana fraternidad con tantos colegas, compañeros de estudio y amigos de quienes nos distanciamos sin quererlo, sólo por los avatares de la vida y del trabajo. Seguidamente, me alegra mucho permitir que entre jueces, notarios y conservadores se produzca una interrelación afectiva más intensa, dado que todos pertenecemos a un mismo grupo de profesionales que sirven al país en una sola e inmensa área; y finalmente, es satisfactorio comprobar una vez más el afán de estudio y de progreso intelectual siempre vigente en ustedes, abogados de especialidad, garantizando con ello el buen servicio.

Es importante mantener vivo el afán por el estudio de las materias que son propias de la actividad, advirtiendo desde luego y prontamente que no puede soslayarse la importancia del derecho registral en una época como la nuestra.

Las necesidades de una economía globalizada, con regulaciones cada vez más detalladas y complejos instrumentos tecnológicos, ejercen una decisiva presión en la praxis registral; presión que se traduce en la necesidad de más y mejores herramientas jurídicas para controlarla.

A estas alturas de nuestra historia, el derecho registral necesita modernizarse mucho más aun. No queda otra opción, si se pretende estar a tono con los procesos de un mundo tan interconectado como el nuestro.

En este sentido, así como las instituciones y los funcionarios que componen el sistema registral avanzan en la implementación de modernos sistemas informáticos, también debe el derecho registral mantenerse a la vanguardia de las nuevas tecnologías y anticiparse a los enormes desafíos que ellas acarrean.

En otras palabras, en la medida que vivimos una evidente expansión e intensificación del fenómeno registral, necesitamos repensar y profundizar el área del derecho que se encarga de su regulación.

Ya no se trata tan sólo de regular la propiedad raíz y el funcionamiento de los registros que antaño perfilaban la información pública de que se disponía sobre el estado o situación de determinados bienes y personas. Hoy, especialmente gracias al advenimiento de las nuevas tecnologías, la tendencia a la creación de nuevos registros públicos y la respectiva utilización de herramientas públicas y privadas nunca antes vistas, someten a esta esfera del acontecer jurídico a desafíos que no pueden evitarse.

Los fines del registro han cambiado, y ya no sólo se espera que éstos nos ayuden a mantener organizada la información para facilitar su consulta, sino que también se espera nos ayuden a planificar, de manera plástica y razonada, la vida de las empresas y las personas e, incluso, nos ayuden a perfilar nuevas estrategias y políticas públicas.

Así, por ejemplo, resulta esencial considerar la manera en que los encargados de los registros pueden colaborar con el desarrollo de la competitividad y eficiencia económica del país, especialmente mediante el empleo de nuevas tecnologías. Aquí, resulta inevitable la referencia al proyecto “Escritorio Empresa”, que busca facilitar la creación u operatividad de un sinnúmero de pequeñas empresas, y que -organizado por el Ministerio de Economía y la Corfo contribuirá a facilitar las relaciones de los privados con notarios y conservadores, eliminando parte importante de las barreras burocráticas que en la actualidad obstaculizan el emprendimiento.

Otro tanto puede decirse de la incorporación y actualización de los sistemas de análisis y registros, a partir de las nuevas tecnologías disponibles.

En los últimos años, el manejo de las bases de datos ha despertado una verdadera revolución que no ha dejado indiferente a nadie. Y es que con el desarrollo de la informática y la creación de verdaderas inteligencias artificiales, se han eliminado barreras operativas para la recolección de información, acelerándose la posibilidad de analizarla, traspasarla y compartirla.

En otras palabras, en esta época, en lo que se ha dado en llamar “Big Data”, no es suficiente que cada dato se acopie separadamente mediante recursos humanos, sino que es exigible, además, su análisis, traspaso y procesamiento. Ahora, los mecanismos de acopio son cada vez más automáticos, llegando la transferencia y procesamiento a tener tal efectividad, que de un modo inédito en nuestra historia es posible computar antecedentes masivos de manera veloz y casi automática.

Todo este nuevo escenario no puede, ni debe, dejar al derecho registral indiferente, pues las renovaciones tecnológicas han llegado para quedarse. Sé positivamente, porque he estado con ustedes en otras oportunidades de trabajo, que hace años se están preparando para enfrentar el nuevo mundo de la mecanización y digitalización y sé también que, fieles a la obligación de cumplir ante toda contingencia con su deber, se resguardan de cualquier evento o traspié tecnológico conservando con devoción, además, los viejos y leales registros manuscritos, a los que podrán recurrir ante alguna dificultad que lo moderno pueda presentarles.

La sociedad necesita, es cierto, un derecho registral más robusto y moderno, pero en caso alguno con riesgo de la certeza. En tal medida, entonces, necesitamos instancias en las que podamos tanto identificar nuestro escenario, como pensar y repensar lo que el derecho debería determinar al respecto. La invitación del hoy ante tal realidad es a imaginar, a partir del derecho registral, un futuro distinto, más ágil, amigable, pero siempre seguro y nuestro.

Es evidente que la realidad del progreso y la modernidad se nos han venido encima y si bien la mayoría de los notarios y conservadores cuentan con sistemas digitalizados para adaptarse a ella, aun quedan oficios fuera del sistema lo que eventualmente provoca atajos a la necesaria y deseada rapidez.

Hoy es común que los conservadores reciban de los tribunales por vía digital embargos y notificaciones, como también lo es el recepcionar y despachar los informes que se requieran.

Resulta indispensable entonces que, a lo largo de todo Chile, aun en los lugares más apartados de nuestra geografía, se instalen y mantengan bases mínimas de computación para integrarse a este trabajo laboral y comunicacional. Estudiaremos en la Corte Suprema la dictación de instructivos de carácter general para que se cumpla por todos ésta que es necesidad nacional.

Del mismo modo, hemos estado recomendando o bien informando favorablemente al Ministerio de Justicia la creación de nuevos cargos de Notarios y Conservador en distintos lugares del país, trabajo que, hemos sabido, se encuentra en avanzado estado de ejecución. Esperamos que esta propuesta y decisión sea perfectamente estudiada y racional sobre la base de la efectiva población y realidad económica del lugar en que habrán de instalarse los nuevos oficios.

Como se trata, en todo caso, de mejorar siempre la calidad del servicio, oportunamente reiteramos a las Cortes de Apelaciones para que en la formación de las respectivas ternas se considere adecuadamente los resultados de los exámenes que actualmente se realizan.

Asimismo, instaremos por la adecuación real de los aranceles, que por siempre se han mantenido alejados de la realidad.

Por todo el progreso que se logra con la preocupación, seriedad y estudios, celebro sinceramente la organización de la actividad de estos dos días y espero que ella resulte provechosa para todos.

Confío en que, en un período cercano de tiempo, como país, podamos contar con un derecho registral evolucionado y moderno, que logre ponerse a tono con los requerimientos que impone nuestra economía y las nuevas tecnologías, pero por cierto que sin perder, en caso alguno, la seguridad de las transacciones y de la propiedad, como también otros derechos inscritos que desde hace muchos años nos enorgullecemos en Chile, fama y tranquilidad que ha sido bien lograda con un sistema que tiene enormes virtudes que propende decisivamente a la estabilidad transaccional y propietaria que constituye un ejemplo para muchos otros países.

Muchas gracias y éxito en su trabajo.