
El presente artículo fue publicado en la Revista de la Asociación de Abogados de Chile correspondiente al mes de diciembre del año 2000.
Por estar su contenido relacionado con este sitio que prueba fehacientemente el espíritu de modernización que inspira a los Conservadores para optimizar sus funciones, hemos querido ponerlo en la internet para su mayor difusión.
De este modo pretendemos divulgar también uno de los objetivos de la Corporación dentro de otros que persigue y que se señalan en una de las páginas de este sitio.
El título nos muestra claramente la disposición que tenemos los Conservadores de poner todo nuestro esfuerzo en aras de modernizar nuestras técnicas registrales, otorgando mayor celeridad y eficiencia al quehacer que se nos ha entregado.
Es indudable que las funciones que la ley encomienda a los Conservadores en cuanto sirven para dar seguridad, certeza y publicidad a los derechos sujetos a inscripción significan, en general, hacer devenir los derechos personales que nacen de los contratos en derechos reales. Esto en lo que dice relación con sus funciones como ministros de fe encargados de crear derechos mediante la inscripción de los actos y contratos que, dada su importancia, la ley sujeta a inscripción para fijar así en el tiempo y en el espacio, mediante la materialidad de la inscripción, las abstracciones jurídicas que son precisamente los derechos que nacen de la manifestación de voluntad expresada en las escrituras públicas o la concreción de aquellos derechos que se establecen en virtud de resoluciones judiciales que la ley también sujeta a inscripción.
Para cumplir las funciones que la ley les encomienda, los Conservadores han incorporado el uso de la tecnología disponible y en la medida que ella es aplicable a la función registral tal como fue concebida hace dos siglos. Así, los requerimientos son atendidos por la mayoría de ellos en plazos más breves y acordes, en gran medida, con la velocidad que el comercio inmobiliario y pignoraticio en la actualidad exige.
En un afán de optimizar la tarea registral, ya en el año 1987 se celebró el primero de los siete Seminarios de Conservadores que han tenido lugar hasta el año 2000. En dicho Primer Seminario se echaron las bases para incorporar la computación a los Oficios de los Conservadores y en el último -de mayo de 2000- el Conservador Edmundo Rojas presentó el Proyecto de un sitio web, que al igual que el concebido para el Oficio de Conservador de Santiago, permitirá requerir información y solicitar inscripciones, subinscripciones, certificados y copias desde puntos remotos.
Además del proceso de modernización señalado, y al que los Conservadores en mayor o menor medida se han sumado según la particular percepción de los signos de los tiempos que cada uno pueda tener, se hizo llegar hace ya más de dos años al Ministerio de Justicia un proyecto de reforma del Reglamento Conservatorio de Bienes Raíces que incorpora el uso del folio real, la tecnología computacional y la firma digital a la registración de manera obligatoria y gradual, teniendo en cuenta que por sobre la agilización de la función registral se encuentran la seguridad y la certeza jurídica que son consustanciales a ella, por lo que toda reforma que esté dirigida a agilizar el proceso registral no puede sin embargo hacerse con ligereza.
Estas iniciativas han contado con el respaldo de los Conservadores; en un principio mediante la creación del Departamento de Estudios de Derecho Registral en el seno de la Asociación de Notarios y Conservadores de Chile, que tuvo como objetivo impulsar la modernización de los Oficios y de la función registral por una parte, y por otra, propender a unificar los criterios de calificación de los títulos por todos los Conservadores del país.
Con el objeto de ampliar la posibilidad de participación, restringida sólo a miembros de la Asociación y de la que era únicamente un departamento de estudio dentro de su seno, se constituyo la Corporación Chilena de Estudios de Derecho Registral, la que desde junio del año pasado cuenta con personalidad jurídica y tiene, además de los objetivos señalados -y cumplidos por el departamento de estudios de derecho registral-, los de invitar a participar a quienes por no ser Notarios o Conservadores, no podían ser miembros de la Asociación que reúne a estos auxiliares de la Administración de Justicia. La Institución, en la actualidad, se encuentra presidida por Edmundo Rojas, Conservador de Santiago, y la integran también Elías Mohor Albornoz, Conservador de Buin, como Vicepresidente y los Directores: César Fuentes, Conservador de San Carlos; José Manuel Rodríguez, Conservador de Quilpué; Cesira Figari, Notario y Conservador de Vicuña; Enrique Gaete, Conservador de Ovalle y Jorge Barrientos, Conservador de los Andes.
La Corporación Chilena de Estudios de Derecho Registral resulta ser así una Institución con perfil propio, vinculada por su misma naturaleza a la Asociación de Notarios y Conservadores de Chile. Sus objetivos, según lo señalan sus estatutos, son los siguientes:
- Propender a dar un perfil propio a esta disciplina, que se vincula a la protección jurídica y al ordenamiento del derecho de propiedad que la Constitución Política garantiza; con el Derecho Civil que en el Artículo 686 y siguientes del Código del ramo establece la institución registral inmobiliaria. Por otra parte se relaciona con el Derecho Procesal por ser también una rama instrumental del derecho. Normas sobre la institución registral se contemplan también en el Código Orgánico de Tribunales, el Reglamento del Conservador de Bienes Raíces y el D.F.L. 247, del 20 de mayo de 1931, que regulan la organización y operatoria registral.
- Realizar una tarea académica, y poder además incorporar a aquellas personas que no siendo Conservadores, se interesan por esta rama del Derecho.
- Mantener una íntima relación entre esta Corporación y la Asociación de Notarios y Conservadores de Chile, ya que sin duda, sus miembros deben en gran medida integrar también esta última.
- Contribuir a dar solidez a nuestro quehacer profesional en la medida que a la Corporación le interesa crear un eje académico-gremial que permita una mayor presencia corporativa -atendida su condición de organización intermedia de base en la sociedad chilena- para el estudio y difusión del Derecho Registral.
- Propender a modernizar la gestión registral mediante el uso de tecnología que permita optimizar los procedimientos de registración, publicidad y resguardo de los archivos respectivos.
Conforme a la finalidad de unificar los criterios en materia de calificación registral, su directorio, compuesto de siete miembros, en su reunión mensual se aboca al conocimiento, discusión y adopción de acuerdos con relación a consultas y experiencia en cuestiones registrales destinadas a resolver las situaciones que se plantean en el proceso de calificación de los títulos y otras materias anexas a la función registral.
Por otra parte, los Conservadores son miembros del Centro Internacional de Derecho Registral, del Comité Latinoamericano de Consulta Registral y del recientemente creado Instituto Iberoamericano de Derecho Registral, instituciones en las que los Conservadores participan activamente con la presentación de ponencias y asistencia a sus reuniones.
Como decíamos anteriormente, la Corporación Chilena de Estudios de Derecho Registral tiene además el propósito de poner a disposición de los abogados y del público en general un sitio web, cuyo contenido fuera dado a conocer en el último Seminario de Conservadores que tuvo lugar en la ciudad de Viña del Mar en el mes de mayo pasado (2000).
En el sitio www.conservadores.cl se encontrará el directorio de los Conservadores del país, un sistema para solicitar actuaciones registrales por este medio y la revista de la Corporación, en la que se publicarán las orientaciones acordadas por su directorio tendientes a unificar criterios en materia de calificación jurídica de títulos y artículos de interés registral.
De lo expuesto fluye que esta Corporación constituye una institución de encuentro profesional de carácter académico, con marcada vocación de servicio, destinada a optimizar el trabajo de aquellos que -por disposición de la ley y predisposición personal-, deben prestar a los colegas que en el ejercicio libre de la noble profesión de la abogacía o como abogados externos o que formando parte de la planta de servicios jurídicos de la más variada gama de instituciones, concurren a los oficios de los Conservadores.
La relación profesional que en consecuencia se produce entre Abogados y Conservadores es una relación entre pares con un objetivo común -construir armónicamente el Derecho en el área de los derechos inscriptibles-, y así, silenciosamente, con la convergencia de la función que cada uno de nosotros, todos abogados, desempeñamos, contribuyamos a que el derecho en general y el derecho registral en particular cumplan plenamente sus objetivos. En definitiva se traduce en un importante, significativo e indiscutible aporte a la consecución de la paz social, puesto que ello lo hacemos con los instrumentos que provee la ciencia del Derecho que, desprovista de toda carga ideológica, sólo debe tener por norte al hombre y el ejercicio de sus derechos.